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viernes, 26 de marzo de 2010

A María Rosa

Érase, que así era,
una joven que pintaba,
fantasías que soñaba.
Soñaba, pintaba, soñaba...
con los ángeles volaba,
entre nubes de algodón,
prendida del arco iris.
Soñaba, pintaba, soñaba...
que con Dalí hablaba,
y el maestro le dedía:
¡me llamaron loco!
¡te llamarán loca!
La joven escuchaba;
tímida le sonreía.
-No me importa- contestaba.
Soñaba, sufría, soñaba...
querían atar sus manos,
para que no pintara.
Querían sellar su boca,
que su alma no hablara.
¡No atéis mis manos!
¡No selléis mi boca!
Dejadme seguir pintando,
dejadme seguir soñando...
... hasta la eternidad.

MAROMAR

Poesía dedicada de MAROMAR María Rosa